El campo... otra vez el campo...


Antes que nada me siento en la obligación de aclarar, pues es mi primera en entrada en este blog, que los motivos que me han traído a publicar son varios: desde mis deseos de plasmar experiencias de distinto tipo, a realizar críticas que, para la universalidad de la web, en algunos casos podrán resultar de un localismo exasperante (o intolerable).

Soy nativo de Argentina, un país que no termina de madurar, a fuerza de gobiernos que han pendulado entre ideologías de distinto color, victimarios de un pueblo no demasiado sufrido (aunque nunca pare de lamentarse) y víctimas de los manejos del "imperio".

Hecha esta escueta presentación me remito al tema que hoy me ocupa:

Nos han repetido demasiadas veces que la Argentina es un país que depende "esencialmente" del "campo". Tantas veces que no es poco común que el periodismo lo repita hasta el cansancio.

Ahora bien, no es nada extraño que los medios que de alguna manera dependen de (o representan a) los intereses del "campo" sostengan que "vivimos del campo". Lo extraño es que se ha hecho carne en la prensa independiente y en la gente común la idea de que somos hijos del campo y sin él, la vida (como sin el oxígeno) sería imposible.

Como las mentes descontaminadas habrán advertido hay en tal afirmación una falacia. Una falacia que de tan repetida ha sido transformada en verdad y prácticamente acuñada como moneda de curso legal. Pocos dudan hoy de la veracidad de la expresión "todo se lo debemos al campo" o de esta otra: "Argentina sin el campo no puede vivir". ¿A quién se le ocurriría pensar que tal dicho es falso?

Pues, mal que les pese a quienes han creído a pie firme, no hay tal cosa, (ni el mundo se termina en 2012, ni cuando hubiera querido Nostradamus, ni sus seguidores, ni los cráneos de los egipcios, ni los mayas, ni los incas, ni los aztecas, ni nada que se le parezca).

Como dijera una canción de Serrat "nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio". Las cosas son como son y no como algunos quieren que sean.

Lo cierto es que la Argentina, mi querido país, que en 2007 tenía una población de 40.914.000 habitantes (Wikipedia), no vive del campo, ni se muere si el campo se va a la cuarta dimensión. Es más, por momentos hago filosofía para mis adentros y me digo: ¿Y si el campo se fuera a la cuarta dimensión?

Pues, si el campo argentino y sus ¿propietarios? se van a la cuarta dimensión, nada pasaría. Así de simple. Tan cierto como que dios (con minúsculas o con mayúsculas, como gusten) no existe.

¡Ops! Pido perdón a los que todavía creían que dios existía, y a los que pensaban que era argentino.

Pero debo aclarar porqué hay una falacia cuando se dice que la Argentina vive del campo. Es simple:

  • Japón (todos sabemos qué es Japón, o más o menos) tiene una población de 127.417.244 habitantes (Wikipedia). El 84% de su territorio es montañoso. El 14% de ese territorio está dedicado a la explotación agrícola y ganadera, un 66% son bosques y el resto (20%) se lo dedica a otros usos (Wikipedia). Solo un 25% es terreno llano y tiene una superficie de (con todas sus islas que son más de 3000) de 377.835 kilómetros cuadrados, contra 2.780.400 kilómetros cuadrados de Argentina. ¡Ah! Japón es la segunda economía más grande del planeta. Permítanme agregar que en Japón están: Nintendo, Toyota Motor, NTT DoCoMo, Canon, Honda, Takeda, Pharmaceutical Company, Sony, Nippon Steel, Tepco, Mitsubishi Estate y muchísimas empresas que son el verdadero gran negocio de los japoneses.
Como harían los japoneses para sobrevivir a un problema de una economía cerrada en torno a la agricultura y la ganadería: pues está dicho en el párrafo anterior. ¿Y eso qué significa? Que el campo no es lo único y se puede vivir sin él, señores.

Pues no faltará algún "lúcido" que diga: pero los japoneses necesitan consumir productos del campo y deben importarlos. Obvio, productos agrícolas deberían producirse siempre y muy acertadamente allí donde es posible, como en nuestro país, Brasil, EEUU o China, nadie lo niega. Se trata de no caer en la trampa de pensar que todos estamos irremediablemente atados a lo que los señores que vemos en los medios (que del campo solo tienen sus "camperas") pretenden vendernos.

Además, la República Argentina (que así se llama) sufrió desde siempre los ataques de esta gente que pretendió sumirnos en la esclavitud y la ignorancia. Sí, desde siempre. Nunca fuimos totalmente libres, ya sea porque los gobiernos les fueron funcionales, ya porque ellos les pusieron trabas, ya porque los corrompieron, cuando no los destituyeron con el apoyo de nuestros valientes granaderos.

  • Finlandia (no todos conocemos algo de Finlandia) tiene una población de solo 5.302.375 (Wikipedia) en un territorio de 338.145 kilómetros cuadrados.
    Según Wikipedia: Finlandia tiene una economía altamente industrializada, basada en grandes recursos forestales, altos niveles de inversión de capitales, máximo desarrollo tecnológico, excelente bienestar y seguridad para sus habitantes. Tradicionalmente, Finlandia ha sido un importador neto de capital para financiar el crecimiento industrial. Desde los años 1980 la tasa de desarrollo económico de Finlandia es una de las más altas de los países industrializados. Los sectores económicos más dinámicos de Finlandia son la industria de la madera, los metales, la ingeniería, las telecomunicaciones y las industrias electrónicas, junto al diseño. A excepción de la madera y de algunos minerales, Finlandia depende de las importaciones para abastecerse de materias primas, energía, y de algunos componentes para los productos manufacturados. Debido al clima, el desarrollo agrícola se limita a la autosuficiencia en productos básicos. La silvicultura, tiene importancia para la exportación y proporciona una ocupación secundaria para la población rural.
He resaltado las partes más salientes (a mi entender) porque ellas demuestran claramente que las economías inteligentes se sostienen con algo más que productos agropecuarios y, baste para ello con estos dos ejemplos y el más conocido por todos: el de los poderosos EEUU.

Entonces: ¿porqué sostener que "vivimos del campo"? Vivimos del esfuerzo de todos y nadie es más importante; ninguna profesión (en el estricto sentido, no en el que le dan los universitarios argentinos) es más importante. Nadie es mejor que nadie y nadie necesita hasta lo imprescindible de nadie ni de nada. Todo es y todos somos prescindibles. No le hagamos el cuco a nadie y no dejemos que nadie nos lo haga.

Y basta de ambigüedades: basta de sentirse orgullosos porque son del campo y luego llorar porque son del campo. Si no les gusta el campo, o no les alcanza para vivir, pueden trocar sus bienes por los de un empleado público, o un empleado de comercio que, seguramente, estará encantado de vivir la experiencia de trabajar tres meses en el año y cambiar de auto todas las veces que se les antoja.

Y basta de mostrarse como la sufrida gente de campo. ¿Qué sufrimiento? Vengan a la ciudad, aguanten un día nomás a un jefe cabrón, hagan cola para pagar, para cobrar, para comer, para viajar... hasta para morirse hay que hacer cola. Y comparen. ¿Quiénes son los sufridos?

Y no digan que no se de qué hablo. Tengo tíos que trabajaron el campo argentino, y explotaron a los "cabecitas negras" igual que otros lo hacen hoy, y así se hicieron ricos. Sé del nivel de vida de ellos, gordos, rechonchos y colorados (porque eran extranjeros, de esos que "hicieron grande a nuestro país" o sus bolsillos, en mi opinión). Y sé que ayudaron a muchos "cabecitas negras" a ser más pobres e ignorantes que cuando llegaron de sus provincias natales, y los convirtieron en "crotos", "cirujas" que caminaban por las vías del tren cuando se acababa la época de cosechas.

Sé que los corrían con escopetas cuando por hambre se robaban alguna que otra gallina gorda como sus dueños. Tengo (tenía) una tía marimacho que lo hacía muy a menudo mientras el marido aumentaba su fortuna yendo de campañas con sus cosechadoras por el sur de la provincia de Buenos Aires. Era el país de los ciegos y ellos eran menos ciegos (ni siquiera llegaban a tuertos) y les importaba un cuerno el semejante.

Sí. Hablo de italianos, que ese es mi origen. Todos hablamos bellezas de los inmigrantes. No es tan así. Los inmigrantes se cagaron en el resto y solo pensaron en enriquecerse, tal como lo hacen estos de ahora.

Son los mismos que ahora se justifican (los que quedan) echándole la culpa a la guerra, a la pobreza de la Europa de entonces. Sin embargo son los responsables de la pobreza de hoy. Pero "eso ya no importa", piensan . Ellos ya están "hechos" y es que los demás "no quieren trabajar".

Conclusión:
podemos plantar, soja, trigo, avena, etc, pero... Debemos pensar que el futuro también (obligatoriamente) se construye educando, escribiendo libros, fabricando computadoras, autos, ropa, productos para el hogar, celulares, software, acero, y un extensísimo etcétera.

O sea, Argentina puede vivir sin el campo (y ojalá siempre sea así).

















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